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jueves, 26 de abril de 2007

¿Y qué?

Estoy a 24 meses de cumplir la edad que juré jamás tener.

A punto de ser evaluada por todos lo que creen que merecen (o peor aún, que deben) hacerlo.

Estoy a 24 meses de que hasta ese, cualquiera de estos días, crea que puede sentarse frente a mi, a analizar mi vida y sus nulos logros.

Vendrán todos a decirme ¿cómo? o ¿por qué? o ¿para cuándo? o ¿aún no?.

Estarán los que me creen loca, inestable, histérica, fugaz, floja, incapaz.

Habrá quien me sepa depresiva, maniática, neurótica, intolerante, voluble, esquiva, mal vestida, soberbia, estridente, invisible.

Y estaré yo que me conozco...

Llegarán un día los míos, pensando que esta bien pedirme que tenga un hijo, que "ya es tiempo", de paso un marido, un sueño cumplido, un cuerpo perfecto, menos insomnio, mas vida decente, un largo viaje, una cultura promedio aceptable, un staff de amigas normales (que jueguen canasta o lleven o recojan a los niños de la escuela), un comportamiento tradicional, educado, amigos productivos (que no sean filosos incomprendidos, mucho menos escritores. "Con un padre loco y escritor tienes", me dirán).

Se acomodarán entre las butacas del público, quienes solo vienen a ver, mas atrás los hijos o familiares de quienes me conocen, o los que se dijeron mis amigos, también ellos vendrán.

Habrá los que se siente con el derecho de establecer los criterios bajo los cuales estandarizar todos y cada uno de los juicios que se me harán. Qué serán los mismos que harán las odiosas comparaciones entre los que tienen mi edad y ya "lograron ser alguien en la vida".

Estará quien pretenda establecer que "por mi edad", debía ya de contar, por lo menos, con bienes (poco hablará de los males): casas, autos, terrenos, empresas, joyas, pieles, dinero... ese útil amigo que les haría creer, de tenerlo, que soy alguien porque tengo algo. Se olvidarían de otros juicios más profundos, importantes.

Quizá se encuentre también alguno de los que consideran que soy capaz, que no se explican porque no logré cambiar las normas establecidas, los partidos políticos o la forma de repartir la riqueza en mi país. Me preguntará porqué fue que no hice la revolución.

Los que me guiaron alguna vez se preguntarán porque siempre actúo extraño, porqué me muevo "como si persiguiera fines poco claros", que "ya tengo edad" para estar comprometida con algún grupo, con alguna religión, con alguna ideología, con alguna espera, con algún objetivo, que "estoy en edad" de comenzar a hacerme ese importantísimo cuestionamiento que me de una imagen mental sobre lo qué quiero "hacer de mi vida".

Él me preguntará porque carajos es que no estoy, que no me he dejado destrozar por un baobab de amor que me rompa en mil pedazos para esparcir mis partes en toda su vida. Qué ya es justo.. que ya es tiempo. Que ya "no tengo edad" de seguir soltera.

Arribará el que sin entender, recuerde mis relaciones, mi pasado, aquellos a los que dejé solos, a los que abandone, perdí, se fueron, los que no supe retener, aquellos que deje huir. Mas acá estará quien me escupa las promesas que no cumplí, las dependencias que ignoré.

Habrá el preocupado por mis filias, mis secretos, mis amores extraños, lejanos, que no conoce, que nunca ve, que nunca le puse en charola para que que los juzgara, para que corroborara que tan "convenientes" eran o no para mi.

Estarán los que más me toleran, preocupados por mi cuento de hadas, por mi reconocimiento nunca obtenido, por mis talentos desperdiciados, por los valores morales o depravados que jamás estructuré.

Por allá algún metiche gritará que jamás me ha visto en algún lío, con un corazón roto, víctima de una infidelidad.

Entonces, tomaré aire, tranquilamente diré: ¿Y qué?

¿Y qué si no me conformé con cualquiera para no estar sola? ¿Qué, si no agarre cualquier cosa para que no fueran a decir que era lesbiana? ¿Y qué si se me dio la gana elegir al mejor? ¿Y qué si nunca me caí de borracha? ¿Qué, si no me puse hasta la madre para acostarme con menos "peros" cuantas veces pudiera con el que se pusiera de modo o el novio en turno y en una de esas tener que aguantarme un hijito o una hijita para cumplir con mi ciclo biológicamente correcto?

[Conste que no fue porque no tomará alcohol hasta el hartazgo, es que mi organismo no lo procesa, no suelo embrutecerme; lo que no puedo decir de los hombres, que en mas de una ocasión me han atarantado mucho más de lo debido.]

¿Y qué si no me acosté con medio Egolandia, si no vomité para ser esquelética y socialmente aceptable o si jamás me importó un carajo la marca de la ropa que uso? ¿Qué, si soy adicta al cuerpo de un sólo hombre o si soy masajista privada o si me excitan puros casados? ¿Qué si me parece ridículo el tener que vivir para acumular cosas y más cosas como objetivo primario de vida? ¿Y qué si nunca me metí coca ni aprendí a fumar? o ¿Qué, si jamás escribiré un libro decente, ni valoro a una persona por la cantidad de idiomas que habla o la gente que conoce? ¿Qué, si soy adicta al sexo o si soy virgen a 24 meses de cumplir la edad que juré jamás tener? ¿Y qué si por muchas (o poquísimas) cosas que tenga, pienso que valgo por las cosas que hago? ¿Qué, si por perversa me gustan puros tipos de 20 o 50 y por eso me oculto de la mirada publica?
¿Y qué si soy estéril, mesiánica, corrupta, torturadora de mascotas, asaltante? ¿Y qué si sólo hago las cosas por amor?

¿Y qué si he sido feliz? ¿Cuenta? ¿Más o casi tanto como ser millonaria, actriz porno o doctorada en bioquímica molecular? ¿Cómo ser Mamá de tres hermosos hijos egolandeses?

¿Ser feliz importa en estos días? ¿A alguien?

Pues sólo porque estoy a 24 meses de cumplir la edad que jamás pensé tener sabe esto: Si yo muriera aquí, hoy, justo en este momento, me voy sin quedarme con ganas de nada. DE NADA. SIN GANAS DE NADA... NI DE VOLAR.

...

A la hora de los juicios, solo afuera, quedarán los que me amaron, así, como soy... y espero, con muchas ganas, que cuando salga... por lo menos, por lo menos, estés tu.

¿Y qué?

Luna Líquida


PD. Empecé a escribir esto, simplemente por una puerta del Lunamóvil que me acabo de echar. A mí, estas cosas siempre me valen cuando son heridas de guerra, cuando son el resultado de una carrera brutal donde me pude matar pero lo evite por un volantazo decente, o por la idiotez del otro.
El gran trauma es que me eche una puerta del Lunamóvil, sin una guerra de por medio, pasó de pronto, sin avisos, sin torretas de patrullas persiguiéndome, sin sangre, sin gritos, sin escándalo de la gente que me ve haciendo hazañas magníficas...
A 24 meses de cumplir la edad que jamás creí tener, me estoy volviendo más senil. Dios se apiade de mí.

jueves, 19 de abril de 2007

Egolandia VI:

"Uno conoce los celos de verdad sólo después de la primera vez que le parten el corazón. Y a mí, eso me lo enseñaste tú. - Cultura General -" Luna que era Libre PD. Aún recuerdo el sonido del corazón cuando no late a un ritmo sano, cuando roto, solo le da por estropearse y arruinar el pecho que lo contiene. PD1. "...no voy a dejarte ir".

domingo, 15 de abril de 2007

Egolandia V.



Conociéndome, mi némesis jefe, me pide que realice una entrevista a "unos chavos que tienen la idea de hacer una manifestación".

Como mi opinión de las manifestaciones es que son una pérdida de tiempo todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión, dije que si (no me quedó de otra) y regresé a terminar de hacerme tonta trabajar.

Unos 15 minutos después, a interrumpirme llegan cinco chavitos, en efecto, todos con apellidos rimbombantes, incluso reconocí a sus padres cuando hablaban (progenitores empresarios que gracias a su organización -y nada más- han logrado hacer un negocio de la pobreza).

África: misioneros; valores: España con desnutridas mujeres que daban en adopción a sus hijos; leyes de convivencia que retuercen la mas pura moral biológicamente fundada en penes y vaginas tradicionales; el aborto: el diablo; la eutanasia: idiotez; comentaron.

Existieron bonitas frases que enriquecieron la entrevista: "O sea, ponte a pensar, una tipita que se revuelca con su novio o con algún wey, goooey, es que mendiga amor, porque... o sea, hay chavitos que no tienen familias que los traten bien. ¿Cómo te explico que se la pasan rogando amor a quien sea? y, oooobvioooo, ¿ya sabes? pues quieren abortar cuando salen con premio... ¿Me entiendes cómo?".

Sin embargo, hubo frases memorables: "¿Cómo enseñarle valores a mi hijo, cuando un niño con dos papás o dos mamás le hará creer que su familia, o sea, la mía, es la anormal?"

Padecí, pero yo en lo mío: ignorarlos escribir lo que querían transmitir.

Aunque ahí la llevaba tratando de soportar dos de cada tres cosas que decían, fue la fuerza despectiva de esta frase lo que me hizo guardar profundo silencio: "Hay gente que piensa que porque tiene qué comer, vive bien".

No es que pasaran por mi cabeza, familias que alguna vez han abierto su casa para invitarme a comer en su cocina construida con cartón o palma, cuyos seis hijos y Mamá (quienes alcanzan a comprar algo de maíz para molerlo y hacer corucos -triangulitos de masa cocidos en hoja de plátano en caldo de chiles-, por allá en Santa Clara del Cobre, Michoacán -gracias a lo que manda Papá de Estados Unidos-), piensen que ese día están bien porque comen juntos, porque tienen qué comer.

Dejemos de lado además que no dudan en compartir su comida con una perfecta desconocida que pasaba por ahí haciendo preguntas.

Tampoco fue que hace poco un niño que escribe como decenas de hijos de ricos empresarios egolandeses no lo harán nunca, me dijera: "hubo un tiempo en el que el hambre me hizo inventarme un personaje para poder hablar con él y no volverme loco. Por eso ahora que tengo qué comer, no me doy el lujo de no hacerlo".

De verdad, no fue nada de eso. El profundo silencio me nació de la cara de la tipita que mostró un placer tan extraño al escupir la frase, que no pude evitar notar lo absurda y sin sentido que se convirtió toda su compasión judeocristiana, al defender a los bebés que aún no nacen, o a las parejas normales que se casan para que sus hijos sí "vivan bien", contrastada con el desprecio hacia esos que se atreven a pensar que "porque tienen qué comer, viven bien".

Después, cuando escribía lo que balbucearon dijeron en la entrevista, quizá me hizo sentir fuera de lugar creer que mucha gente teniendo qué comer, piense lo que piense sobre cómo vive, verdaderamente haría la diferencia en este pedazo de país, en mi lado del mundo.

Igual les di las gracias por ir a vomitar hablar de su punto de vista y una vez terminada la nota, aventé la hojita en la mesa de redacción absolutamente avergonzada del liderazgo de mi medio de comunicación, pero más, mucho más de no cargar un arma en situaciones de extraordinario peligro, como esa.

Pero ya lo sé, aquí en Egolandia hay lujos que no me puedo dar, como decirle a mi jefe que su capacidad para "crear verdades para unos cuantos" afecta profundamente mi espíritu, o mejor aún, concluir la nota con una realidad como: "Si usted es de los que piensan que porque tiene qué comer, vive bien: Dios lo bendiga."


Luna que vive bien (y a toda madre) porque -además- tiene qué comer.

Descarga el mp3 "Canción para un niño en la calle" de Patxi Andion en Box (barra lateral).

viernes, 6 de abril de 2007

No todos los cuentos...

Fue accidental.

Caminaba por la avenida, si, por la avenida. No fue que me bajara del auto ni nada, sólo que había toque de queda y eran las 4 de la mañana, estaba desierto.

Cansada, aún ensimismada, me senté en un camellón cuando por fin pasó un auto.

Hipnotizada lo vi detenerse frente a mí. Levanté la vista y era una ella, una ella cualquiera. Me recordó a la niña que siempre parece que se quiere hacer pipí en tus fotos de la prepa, pero esta tenía menos rasgos down en persona.

- ¿Te puedo ayudar?... Sube. Lo hice y una vez en su auto no preguntó nada. Me llevó a su casa.

Al entrar propuso: 'tomemos algo y te llevo a tu casa, digo, si quieres. Ó te quedas aquí, también, si quieres'.

En la mesita de centro de la sala, había estratégicamente acomodados, tres libros grandotes. No pregunté, tampoco oí nada de lo que decía mientras intentaba ser amable, condescendiente conmigo. Tomé uno de los librotes, el de abajo. Era un álbum, todos lo eran. Autómata comencé a pasar las hojas llenas de fotos, con su vida. Una vida como la de todos los que caminan por la avenida en la que me levantó.

Lo que jamás pude imaginar era que estarías ahí, en una sección exclusiva llamada: "El amor de mi vida".

Andabas en Hidalgo esos días, pagaste un paquete completo para subir montañas y bajar verdades por una semana y media. Yo me quedé, caminando sola, en la noche, por la avenida, hasta que ella me trajo aquí.

Me dio agua, creo, mientras notó mis ojos humedecidos; supuso que esas fotos me recordaban algo ó que extrañaba ó estaba triste, deprimida, vulnerable... vulnerada.

Se notaba que le encantaba suponer, crear mentiras para creerlas, sentirse la más especial de su diminuto mundo de tres países y un pasado. Lo decían esas fotos, como idealización de los lugares que visitaba -siempre como turista, nunca habitante-, su narcisismo infundado, sus poses -como supuse- de "ir al baño" en medio de los árboles del parque Naucalli.

¿Pensaría que es tierna? Peor aún ¿Sexy?. Dios la ayude, deseé vagamente, mientras corrían lágrimas por mis mejillas, mientras me centraba en ti.

Di vuelta a otra página, los vi desnudos -creo-, cuando apenada, se apresuró a cerrarme el álbum.

- 'Esas son íntimas', aclaró. Me tomó de la mano, llevó al cuarto y sentó en su cama.

- 'Toma', dijo, dándome ropa que obviamente serviría de pijama. Se enfundó en la suya y recostó.

- 'Me dejó por una tipa que escribe muy bien, pero que es rara. Casada, seguro. Debe serlo, porque aún no es de él completamente. Pero él me ama... las fotos que no viste, son de hace tres días. Creo que le dijo que se iría a Hidalgo, pero la verdad es que se quedó conmigo hasta hoy. Se fue temprano, ahora si a Hidalgo'.

Me levanté, en el baño me duché... autómata aún me puse la pijama... regresé a la cama.

- 'Buenas noches', dijo para apagar la luz.

Mi cansancio era tan alto... cómo él. No respondí nada. Me dejé ir.

Dormida ya, me estremeció un ruido de puerta que se abría. En la oscuridad la silueta de un hombre entraba. Confundido notó dos cuerpos en la cama.

Pensándonos dormidas, levantó la sabana del lado de ella. Nos vio por un largo rato, en el que volví a conciliar el sueño, me vencía la necesidad de evadirme.

Desnudándose, se acostó entre ambas. Callado, comenzó a tocarla.

- 'No me fui, lo hago mañana', susurró. Ella, profundamente dormida, no reaccionó.

Acto seguido, él se acercó a mi. Con mi rostro pegado a la almohada, me preguntó al oído: "¿Quién eres?". Gemí, despertando. Tapó mi boca.

Sin pedir permiso, por segunda vez en esa noche, me tocó alguien cuyo rostro no vi... ahora sin violencia. Pero a éste lo reconocí.

Tampoco lloré, hablé... ni me moví.

Cuando amanecía, lo escuché teniendo sexo con ella... y justo cuando terminaba, él, gritó mi nombre. ©


Luna Hostil

PD. "... tendrán un final feliz." (A.F.)

miércoles, 4 de abril de 2007

Nota Mental del Dia VII:

¿Por qué será que las mujeres “dizque” artistas parecen ser tan liberales, tan desinhibidas? (...) ¿Por qué será que los hombres “que es que” artistas son tan (...) inaccesibles en hacer amistad con las personas que NO son artistas?.
Parece ser que ese es el sello identificador o distintivo en toda esa banda de personalidades, ¡Carajo! ¿No habrá algún artista que no parezca artista?

"Los Dizque artistas" by Chef Pelón