ED: No sabes cómo te extraño. Te necesito mucho, no me repongo a tu pérdida. Eres un conjunto de cosas que son adictivas. Ayer una pendeja no me regreso el saludo frente a mi hijo -es una cantantilla famosa de éste rancho-, cómo me hubiera gustado llamarte y decirte: ¡Luna, ataca! para al día siguiente verla hecha garras en todos lados.
LL: Supongo que para alguien como tu, tener su perro de reserva debe ser la onda.
ED: Ya no podré correr gente ni ponerla ni desmadrar nada. Neta el poder este que dominas tan bien se me hizo adicción. Estoy como con crisis de abstinencia, perdóname si por eso te llamo tanto.
ED: Además no me repongo de haberte visto en ese CTS. Digo, rechazar un Cupra como quiera, pero un CTS en la versión de lujo VR6 3.6 Lts. No, no, te veías espectacular.
LL: Wey, en ese auto, hasta tu me gustarías. Ese auto es el ideal de los feos. Lo que sea que vaya en él, un perro, alien, hasta mi ex jefe, se verían perfectos.
ED: Ni como negarlo.
LL: Pero tú mismo me acabas de dar la razón. Para poder hacer el desmadre que hago, necesito pasar desapercibida. Que nadie sepa que existo, no salir del rebaño. Un reportero siempre es injustamente juzgado. Pa ser bueno, o sea, pa ser un buen reportero, se tiene que hablar mal de él. Nunca quedar bien con todos, tiene que haber sido exhibido, unas seis o siete veces por cosas inexplicables, no hacerse amigo de nadie en funciones, no aceptar puestos públicos, jamás ostentar lujos, y por supuesto, debe ser considerado un corrupto, amante de algún padrino, una puta (o lesbiana según sea el caso), alcohólico, cocainómano, promiscuo, inescrupuloso, o cualquiera de sus variantes o bien otro bonito adjetivo que lo denigre, para que pueda ser tomado verdaderamente en cuenta.
ED: Te admiro, por eso te quiero tanto; te entiendo todo, y me parece horrible, porque me ha costado mucho trabajo no poder presumir tantas cosas que has hecho, y en algunas de las cuales me has salvado el trasero. Neta que extraño mucho tenerte cerca. Pero has trabajado mucho, es parte de lo que tu Papá te dejó. No deberías no tenerlo. Ese auto y tu combinan como... la playa y el mar. Me parece injusto quedarse con las ganas de algo material cuando puedes tenerlo. No entiendo que no lo quieras, mientras lo quieres. ¿Me explico?
LL: Este año perdí todo, no debería sorprenderme que tu te hayas ido, pero haberme quedado con ese CTS, era ponerme una diana en la espalda. El hecho de haber ido por él, de manejarlo, de saber que si lo quiero era sólo cuestión de firmar, me hizo saber que aunque pudiera, me hacía daño tenerlo. No me quiero perder a mí. Aún no me he ganado ese derecho.
ED: De alguna manera me estas diciendo exactamente lo mismo del CTS que de el wey ese, con el que tanto me has comparado.
LL: Ajá, es exactamente lo mismo.
Luna sin Papá
LL: Supongo que para alguien como tu, tener su perro de reserva debe ser la onda.
ED: Ya no podré correr gente ni ponerla ni desmadrar nada. Neta el poder este que dominas tan bien se me hizo adicción. Estoy como con crisis de abstinencia, perdóname si por eso te llamo tanto.
ED: Además no me repongo de haberte visto en ese CTS. Digo, rechazar un Cupra como quiera, pero un CTS en la versión de lujo VR6 3.6 Lts. No, no, te veías espectacular.
LL: Wey, en ese auto, hasta tu me gustarías. Ese auto es el ideal de los feos. Lo que sea que vaya en él, un perro, alien, hasta mi ex jefe, se verían perfectos.
ED: Ni como negarlo.
LL: Pero tú mismo me acabas de dar la razón. Para poder hacer el desmadre que hago, necesito pasar desapercibida. Que nadie sepa que existo, no salir del rebaño. Un reportero siempre es injustamente juzgado. Pa ser bueno, o sea, pa ser un buen reportero, se tiene que hablar mal de él. Nunca quedar bien con todos, tiene que haber sido exhibido, unas seis o siete veces por cosas inexplicables, no hacerse amigo de nadie en funciones, no aceptar puestos públicos, jamás ostentar lujos, y por supuesto, debe ser considerado un corrupto, amante de algún padrino, una puta (o lesbiana según sea el caso), alcohólico, cocainómano, promiscuo, inescrupuloso, o cualquiera de sus variantes o bien otro bonito adjetivo que lo denigre, para que pueda ser tomado verdaderamente en cuenta.
ED: Te admiro, por eso te quiero tanto; te entiendo todo, y me parece horrible, porque me ha costado mucho trabajo no poder presumir tantas cosas que has hecho, y en algunas de las cuales me has salvado el trasero. Neta que extraño mucho tenerte cerca. Pero has trabajado mucho, es parte de lo que tu Papá te dejó. No deberías no tenerlo. Ese auto y tu combinan como... la playa y el mar. Me parece injusto quedarse con las ganas de algo material cuando puedes tenerlo. No entiendo que no lo quieras, mientras lo quieres. ¿Me explico?
LL: Este año perdí todo, no debería sorprenderme que tu te hayas ido, pero haberme quedado con ese CTS, era ponerme una diana en la espalda. El hecho de haber ido por él, de manejarlo, de saber que si lo quiero era sólo cuestión de firmar, me hizo saber que aunque pudiera, me hacía daño tenerlo. No me quiero perder a mí. Aún no me he ganado ese derecho.
ED: De alguna manera me estas diciendo exactamente lo mismo del CTS que de el wey ese, con el que tanto me has comparado.
LL: Ajá, es exactamente lo mismo.
Luna sin Papá
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