Mi padre siempre
me dijo: ‘No le hagas favores a los malagradecidos porque son los peores. Si
hasta un perro es agradecido, una persona que no lo es, es menos que un perro’.
Y con eso me
quedé toda la vida, hasta hoy que descubrí algo verdaderamente ilustrativo: Quizá hasta los malagradecidos merezcan favores… considerando la nueva especie: los muertos.