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martes, 21 de agosto de 2007

Yo quería... creo.



No sé si fue la adrenalina, el cañón o tu voz ordenándome que lo hiciera, la cosa fue que disparé.


Él cayó... tu reíste.


Yo también quería saber si podía darle a un corazón latiente... lo que no quería era lo que pasó después... creo.




Luna Armada

2 comentarios:

Davicho dijo...

la culpa, fue del insomnio que puntual a cada noche llega, el culpable de que navegara esta noche en internet, de leer algo agradable, y vaya que lo he conseguido, las letras como gotas de inspiración caen a través de tus dedos.Tienes muchisima imaginación y creatividad, me gusta lo que escribes, vaya... que alegría encontrarse con tu blog, y que deleite leerte... te envio un gran saludo desde Mérida, Yucatán, exactamente al lado contrario de chihuahua, pero tan hermosa que la lluvia se suicidida al pasar por su cielo, es por eso que hay lluvias repentinas, y un calor sofocante, este último...es inexplicable.

www.desdemerida.blogspot.com

Ana dijo...

Ante las despedidas quizá sea mejor que no haya testigos...