Este Blog se ve completo en Opera, Chrome, Safari y FireFox.

sábado, 11 de noviembre de 2006

Egolandia.


Pues no, la verdad es que no era tan tarde cuando mi hermana (la mejor escritora del mundo) y yo, decidimos salir a vagabundear por las nocturnas calles de Egolandia.

Ahí andábamos, de lo más reflexivas cuando, luego de recorrer toda la ciudad, llegamos, como siempre, al mismo milagro. Ahí pedí un capuccino moka, el mejor de mi vida, y me senté a escucharte las heridas.


Quien me conoce (¿quién me conoce?), sabe que soy buena para escuchar, demasiado buena para el gusto de cualquiera que se sepa buen escuchador, pero desde hace días no oigo nada.

Yo, que siempre he preferido quedarme ciega que sorda, anoche, comprendí, que ya me habían pasado las dos cosas...

Luna Muda.

No hay comentarios.: