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viernes, 6 de abril de 2007

No todos los cuentos...

Fue accidental.

Caminaba por la avenida, si, por la avenida. No fue que me bajara del auto ni nada, sólo que había toque de queda y eran las 4 de la mañana, estaba desierto.

Cansada, aún ensimismada, me senté en un camellón cuando por fin pasó un auto.

Hipnotizada lo vi detenerse frente a mí. Levanté la vista y era una ella, una ella cualquiera. Me recordó a la niña que siempre parece que se quiere hacer pipí en tus fotos de la prepa, pero esta tenía menos rasgos down en persona.

- ¿Te puedo ayudar?... Sube. Lo hice y una vez en su auto no preguntó nada. Me llevó a su casa.

Al entrar propuso: 'tomemos algo y te llevo a tu casa, digo, si quieres. Ó te quedas aquí, también, si quieres'.

En la mesita de centro de la sala, había estratégicamente acomodados, tres libros grandotes. No pregunté, tampoco oí nada de lo que decía mientras intentaba ser amable, condescendiente conmigo. Tomé uno de los librotes, el de abajo. Era un álbum, todos lo eran. Autómata comencé a pasar las hojas llenas de fotos, con su vida. Una vida como la de todos los que caminan por la avenida en la que me levantó.

Lo que jamás pude imaginar era que estarías ahí, en una sección exclusiva llamada: "El amor de mi vida".

Andabas en Hidalgo esos días, pagaste un paquete completo para subir montañas y bajar verdades por una semana y media. Yo me quedé, caminando sola, en la noche, por la avenida, hasta que ella me trajo aquí.

Me dio agua, creo, mientras notó mis ojos humedecidos; supuso que esas fotos me recordaban algo ó que extrañaba ó estaba triste, deprimida, vulnerable... vulnerada.

Se notaba que le encantaba suponer, crear mentiras para creerlas, sentirse la más especial de su diminuto mundo de tres países y un pasado. Lo decían esas fotos, como idealización de los lugares que visitaba -siempre como turista, nunca habitante-, su narcisismo infundado, sus poses -como supuse- de "ir al baño" en medio de los árboles del parque Naucalli.

¿Pensaría que es tierna? Peor aún ¿Sexy?. Dios la ayude, deseé vagamente, mientras corrían lágrimas por mis mejillas, mientras me centraba en ti.

Di vuelta a otra página, los vi desnudos -creo-, cuando apenada, se apresuró a cerrarme el álbum.

- 'Esas son íntimas', aclaró. Me tomó de la mano, llevó al cuarto y sentó en su cama.

- 'Toma', dijo, dándome ropa que obviamente serviría de pijama. Se enfundó en la suya y recostó.

- 'Me dejó por una tipa que escribe muy bien, pero que es rara. Casada, seguro. Debe serlo, porque aún no es de él completamente. Pero él me ama... las fotos que no viste, son de hace tres días. Creo que le dijo que se iría a Hidalgo, pero la verdad es que se quedó conmigo hasta hoy. Se fue temprano, ahora si a Hidalgo'.

Me levanté, en el baño me duché... autómata aún me puse la pijama... regresé a la cama.

- 'Buenas noches', dijo para apagar la luz.

Mi cansancio era tan alto... cómo él. No respondí nada. Me dejé ir.

Dormida ya, me estremeció un ruido de puerta que se abría. En la oscuridad la silueta de un hombre entraba. Confundido notó dos cuerpos en la cama.

Pensándonos dormidas, levantó la sabana del lado de ella. Nos vio por un largo rato, en el que volví a conciliar el sueño, me vencía la necesidad de evadirme.

Desnudándose, se acostó entre ambas. Callado, comenzó a tocarla.

- 'No me fui, lo hago mañana', susurró. Ella, profundamente dormida, no reaccionó.

Acto seguido, él se acercó a mi. Con mi rostro pegado a la almohada, me preguntó al oído: "¿Quién eres?". Gemí, despertando. Tapó mi boca.

Sin pedir permiso, por segunda vez en esa noche, me tocó alguien cuyo rostro no vi... ahora sin violencia. Pero a éste lo reconocí.

Tampoco lloré, hablé... ni me moví.

Cuando amanecía, lo escuché teniendo sexo con ella... y justo cuando terminaba, él, gritó mi nombre. ©


Luna Hostil

PD. "... tendrán un final feliz." (A.F.)

5 comentarios:

Pierrot dijo...

Hola Luna

Una vieja maestra me dijo alguna vez que cuando besas a alguien lo unico nuevo que siente esa persona son sus propios labios en los labios de un desconocido. Nos acostamos casi siempre con el fantasma del otro.

Así pues, las posibilidades de interpretación son infinitamente endiabladas.

Una noche, y para abreviar el camino y las sospechas tu protagonista quiso acostarse con el fantasma de su amado. Esta brotó como REAL en la forma de alguien dandole un aventón. Producto de tal operación, tu protagonista terminó volcando al cuerpo que ahora dormitando entre las dos. ¿Quien de las dos lo trajo a el a la cama?

Buen relato!!!

Saludos desde Lima

www.piedras-sopa.blogspot.com

Anónimo dijo...

Valgame!
Magnifico cuento-relato-historia.
magnifico.

Anónimo dijo...

Hola luna liquida.

Un gran final. Felicidades.

Hugo Mariscal.

Stirner dijo...

hola que tal !!
veo que le has estado metiendo varias cosas a tu blog a diferencia del mio
oye q crees ha pasado algo terrible con mi blog IDEARIO. para no hacerla larga la "cajetie" mient5ras modificaba el codigo html de mi plantilla y ZAZ! mi blog se arruino,
Ya como me dio una flojera terrible reparar tanta letrita mejor hice otro blog !
ahora se llama Efímero Paseante, y me gustaria mucho que lo visitaras!
logre salvar algunos de los contenidos, entre ellos el enlaze a tu blog el cual ha quedado como si nada y algunas entradas. Y esque tal vez pierda la plantilla pero no quiero perder los amigos
ya tambien puse nuevo banners mios por que el que tienes de IDEARIO ya no conduce a nada
Disculpa las molestias y gracias
regreso pronto !

--
Hasta pronto !
* * * Te invito a ver mi nuevo Blog * * *

http://elefimerocarlos.blogspot.com/

Ignacio dijo...

Interesante final...

Alguna vez lei que el amor y el deseo nunca mueren...solo cambian de direccion, de persona...

Podria ser que tu eres/fuiste la otra?

Un abrazo fraterno